martes, 14 de junio de 2022

Carta abierta al que piensa votar contra Petro, pero no por el ingeniero

En este momento de la contienda, la alternativa es o Petro o el ingeniero. No hay más: las otras opciones quedaron descartadas hace tres semanas con suficiencia y no hay que hablar de ellas. Lo que nos atañe es el hoy. Y ese hoy tiene dos caminos diametralmente opuestos: o el cambio o la patria boba. Así, con esas palabras. Así de simple. Como acertadamente lo suscribió la actriz Sandra Reyes, no hay que ser petrista para votar por Petro. Yo le agrego que basta, también, con ver claro y analizar un posible gobierno del Rey Loco, como lo defino.


Para aquellos que no comulgan ni con el candidato ni con el programa, el voto por Petro, como lo dijo Santos Calderón,  en esta segunda vuelta es más por resignación que por convicción, lo cual concuerda con una persona sensata. Se trata de sopesar ambas opciones y determinar (por el no petrista) cuál de los males es el menos. En esas palabras. Porque los ocho millones de la primera vuelta votaron por convicción: ellos tomaron su decisión, tan válida como los que votaron por otras opciones. Lo que esperamos es reflexionar sobre las motivaciones de los votantes que llegan a la segunda vuelta. A ellos les digo que su elección marcará,  como nunca antes, el rumbo del país porque nos encontramos ante una situación inédita: o dejar el país en manos de un estadista (equivocado o no, ya esa discusión a estas alturas es bizantina) o ponernos en las manos de un personaje urdido en las redes sociales, diseñado por un departamento de marketing para ganar una campaña electoral y asesorado por profesionales de la publicidad que no se sabe a quién obedecen. El ingeniero, el Rey Loco, cuyos actos son tan impredecibles como peligrosos, es una realidad como la fue Trumph en Estados Unidos. Y ya vimos lo que padeció el país más próspero del hemisferio. Así,  con esas palabras. Esa es la alternativa.


Desde luego, no intento salvar a Petro de los claroscuros que nos ha dejado entrever durante tres campañas fallidas. Es un ser humano, con sus pasiones, sus yerros y sus defectos. No queremos como presidente a un ermitaño de conducta intachable, sino a un estadista al cual le quepa el país en la cabeza. Pero ell ingeniero no sólo no tiene la capacidad para gobernar a ese país,  también se le puede manejar según el criterio y agenda de quienes lo asesoran, como lo mostró en la entrevista en Miami. Petro no es un santo, pero tiene el talante para conducir este país.  Rodolfo no: es otro plutócrata al que le interesa seguir lucrándose de los hombrecillos pobres a los que ordeña por quince años. Así,  como lo ha dicho en sus entrevistas más distendidas. Y a ese hombre envejecido por el negocio de la construcción y colmado de resabios mercantilistas es a quien pretenden entregarle la chequera…


Por convicción o resignación, la mejor alternativa a seis días de la elección,  sin apasionamientos inútiles ni fanatismos ridículos,  es Petro. La prueba: está rodeado de gente pulcra y crítica como Katerine Juvinao, Ariel Avila, Alejandro Gaviria, solo por citar algunos. Me llena de confianza que Ariel lo acompañe: no le dará concesiones de ninguna índole si llega a pensar perpetuarse en el poder, como temen muchos. Desde luego que Roy y Bennedeti y otros han sido un lastre por el que se le ha criticado, pero como lo ha dicho en algunas entrevistas el líder del Pacto histórico,  hay que gobernar para todos y no sólo para unos cuantos. Acepto las críticas que se le hagan en este aspecto. Pero al ver la otra orilla - la del Ingeniero - all cual tienen que aislar para que no la embarre cuando habla, al cual ponen a posar de narco con cadenas de oro y mujeres a su lado… ese tipo de personas inspiran no sólo temor, también una profunda inquietud por lo que pueda ser capaz de hacer sin ningún tipo de censor ni dique moral.


En sus manos, en su voto, está el siguiente cuatrenio. O un país que progresa, pese a sus enquistadas diferencias sociales, o la patria boba del ingeniero que obedece a sus intestinos y asesores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario