lunes, 5 de septiembre de 2022

Bitácora de una Colombia que renace (8)

 La oposición ¿inteligente?


Estuvimos a ese lado del espectro durante tanto tiempo que se hace extraño escribir sobre oposición, pero veo lo que pasa ahora con la tan mentada oposición inteligente que estas líneas se hacen, más que pertinentes, necesarias para sentar las bases de una discusión. El gobierno del cambio inició y, con él, una nueva clase de resistencia política que, al no estar acostumbrada a ese ejercicio de la democracia que consiste en poner la lupa en la administración pública y cumplir el rol de veedor crítico, da palos de ciego en cada puesta en escena. Sí, con esas palabras. Porque esta especie de contradictor político no sabe hacer nada distinto a lo que ha venido haciendo, incluso cuando estuvieron en el gobierno: dar palos de ciego. Parece que su intento de estar a la otra orilla del gobierno, más que fungir como censores de las actuaciones del establecimiento, es legitimarse ante sí mismos como opositores. Y, para lograrlo, salen con cualquier cosa para llamar la atención y pedirle a su audiencia que no los ignore. Es una puesta en escena. Lamentable, si se quiere. Paloma Valencia y su sainete con cuatro gatos que intentó pasar ante medios afines a su ideología como protesta al nuevo gobierno, así lo demuestra. Y el congresista por las negritudes —que ganó su curul engañando a las negritudes— es otra prueba deplorable de ello: buscan discordar con lo que sea que haga el gobierno. Entienden su novísima función como decir siempre no. Y se instalan frente a sus simpatizantes como una alternativa viable de opinión. Muy distintos a lo que fue la oposición durante el gobierno pasado. Desde luego, no salvo de salidas en falso del gobierno del cambio en el primer mes de ejercicio —las hay y variadas— pero salir a los medios y criticarlas sin más argumentos que decir no, es una postura que muestra el talante de la oposición que se está formando. Necesitamos debates con altura y propuestas frente a lo que consideran errado. Y, para llegar a ese estado del arte, se requiere tener una visión de país más amplia. Necesitamos una oposición que realmente conteste desde el otro lado del espectro y sea constructiva frente a lo que no están de acuerdo, pero cuando salen con dislates como la reforma del salchichón o con declaraciones desinformadas sobre el silencio de colombia en el caso Nicaragua, se deja ver que se requiere más trabajo y más análisis.

 

La oposición por la oposición misma. Son como aquellos inconformes que no saben por qué lo están. No saben a qué oponerse. Se intuye en sus motivaciones la necesidad de manosear la opinión pública para llegar con algún caudal electoral frente a las elecciones regionales del próximo año. Una oposición férrea cuya única tarea pareciera ser decir siempre no a lo que le propongan. es como discutir con un fanático religioso sobre el cielo y el infierno: para esta clase de gente, no habrá más alternativa que lo uno o lo otro.




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